lunes, 22 de enero de 2007

Mi vida en bus




Zaragoza, 22 de enero, 2007 y una línea de autobús. Digo hoy pero podría haber sido ayer, o lo será mañana. En media hora que tengo para ir y en la media hora que tengo para volver, desde el autobús veo casi las mismas gentes, me paran siempre los semáforos de siempre y, cuando no hay obras en el trayecto del autobús, paso por las mismas calles que de costumbre. Veo la Zaragoza de día y veo la Zaragoza que se ve de noche, veo luces y veo sombras, el autobús a veces es ecológico pero la mayoría no lo es. El autobús en el que veo todo eso podría ser cualquiera, pero éste del que hablo ahora es el de la línea 22. El 22 dejé de cogerlo desde que me pusieron el 38, que va más recto y no tarda tanto en ir al centro. Pero ahora cojo el 22 porque me viene bien para el sitio al que tengo que ir y porque el 38 me deja pero lejos.

El 22 pasa por más ciudad y lo coge gente diferente a la gente que sube al 38. Cada línea tiene su perfil de gente. Cuando espero en las paradas del Teatro Principal, me subo en el primero que llega de los dos, pero me gusta más si me subo en el 22. El 38 tarda menos, pero me gusta el trayecto que hace el 22. Aunque sea más largo. El 22 me recuerda cuando de pequeño tenía que coger el 22 porque no había otro autobús más cerca de mi barrio.

Las cosas que cuente en este blog serán cosas que viva o vea, bien de pie o bien sentado, dentro del color rojo de un autobús.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido compañero de los buses urbanos... ya era hora de que alguien se preocupara de la verdadera realidad de los autobuses interurbanos y mostrara su cara más oculta!
Yo cojo el 30, antes cogía el 24 pero me deja más lejos... la verdad es que podría coger el 22 y andar un poco pero como hace frio pues... como que no me apetece... compañero: debería seguir cogiendo el 24 de toda la vida... la verdad es que no se qué hacer? Agradecería su consejo.

Anónimo dijo...

Yo cogía el 40 y me molaba. Ahora no cojo buses y los echo de menos. El 39 no está mal pero soy fan del 24. El 22 es un bus sorprendente poque, a veces, sorprende. En cambio, el 30 tiene papeles en el asiento de atrás y simpre sube gente en el 30. Caracol

Anónimo dijo...

Por fin encuentro a alguien como yo: friki de los autobuses urbanos. Son mi pasión. En mi tiempo libre me subo en la primera parada del 22 y me dejo llevar hasta la última... otro día cojo el 30 y lo mismo. Así hasta todas las líneas de bus de Zaragoza. Hablo con la gente, hago amigos, marujeo... mi vida es el bus rojo.

josefk dijo...

Anónimo nº1: suerte tienes de poder elegir. El caso es que yo también podría coger el 24, pero también tendría que caminar un poco. De todos modos, el mal tiempo acabó, y un pequeño paseo no viene mal a nadie, sobre todo si no hace frío.

Anónimo nº2: el 22 siempre me ha sorprendido y siempre me sorprenderá. En los asientos de atrás del 22 no habrá papeles, pero sí te puedes encontrar a personas bastante perjudicadas que han dejado otro tipo de papelines en el suelo. Y no digo más.

Anónimo nº3: el bus es un mundo en si mismo. Buena elección la de subir y bajar desde el principio hasta el fin.

Gracias a todos por vuestros comentarios.